lunes, 24 de marzo de 2008

Lengua Naciòn en Humboldt

LA RELACIÓN LENGUA – NACIÓN EN EL PENSAMIENTO DE
WILHELM VON HUMBOLDT

Por: Yolima Rodríguez Jiménez*Juliana Angélica Molina Ríos


DEFINICIÓN DEL CONCEPTO DE LENGUA EN LA LINGÜÍSTICA HUMBOLDTIANA.

Según Humboldt, “la lengua misma no es una obra (ergon) sino una actividad (energeia). Por eso su verdadera definición no puede ser sino genética, pues ella es el siempre reiniciado trabajo del espíritu de volver el sonido articulado capaz de expresar las ideas . En esta cita es preciso señalar que:

 La enérgeia en la historia de la humanidad se ha expresado en formas concretas de actuación. Esta energía recorre el bien vivir y el bien obrar. En efecto, la enérgeia humana, y las obras que la expresan manan, de una fuente común que brota de la esencia misma de lo humano.

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Humboldt en sus reflexiones sobre el lenguaje dedica especial atención a la relación entre lengua y nación, pues para él la evolución espiritual de la humanidad está hondamente enredada con el lenguaje, y su producción es una necesidad tanto externa como interna. Con el lenguaje el ser humano logra comunicarse y adquirir una concepción del mundo la cual surge en la interacción con otros. La relación entre lengua y nación muestra la imbricación entre el lenguaje y la evolución espiritual de la humanidad. De esta relación se deriva el grado de cultura de cada pueblo. En efecto, Humboldt considera que un juicio descalificador sobre una lengua implica una descalificación del pueblo correspondiente.

La relación lengua - nación es un avance para los estudios de Humboldt en la identidad y parentesco de las lenguas. Es precisamente en estos puntos donde dicho filósofo alemán rompe con lo que se venía haciendo en los estudios sobre el lenguaje, pues deja de ser mera descripción para adentrarse en la estructura del lenguaje y en su reflexión como manifestación del espíritu humano.

I. Lengua-nación

La relación Lengua – Nación desarrollada por Humboldt hace parte y es consecuencia del contexto socio – histórico del “Romanticismo Alemán ” , en el cual los románticos son “desterrados que languidecen por su patria”, esta metáfora contiene a su vez dos significados: de un lado, la patria entendida como un lugar para habitar, y de otro, como un asentamiento del alma. Desde esta perspectiva, los románticos en esa búsqueda de patria física y espiritual, se sienten atraídos por los escenarios nuevos y por la cultura de la sensibilidad.

En efecto, el romanticismo protesta contra el absoluto imperio de la razón de la que había hecho el siglo de las luces la guía casi única del espíritu humano. El romántico no cree que sea suficiente para el hombre la razón y hace que se tengan en cuenta los sentimientos. Pero si la razón es común a todos los hombres, la sensibilidad y la pasión son individuales. Así, el romanticismo rechazó las formulas fijas que coartan la expresión del pensamiento y sentimiento creador que afectan la originalidad.

En este contexto, Humboldt dedica especial atención a la relación Lengua – Nación puesto que para este autor, la evolución de la humanidad está relacionada con el lenguaje; en tanto que la producción del lenguaje es una necesidad tanto externa como interna desde la cual el ser humano logra comunicarse y adquirir una concepción de mundo que sólo se da en la interacción con otros.

El concepto de nación estudiado por Humboldt es, sin duda, un concepto romántico que sirve como punto de referencia para entender que el lenguaje posee un carácter constitutivo de la visión de mundo. Este filósofo alemán, concibe el lenguaje como la forma específica del sentir y el pensar de una nación; el lenguaje en relación con la nación determina la visión de mundo. Al respecto Humboldt define el concepto de nación “como el de un grupo humano caracterizado por una determinada manera de hacer lenguaje” . En efecto, Humboldt se interesa en la diversidad de visiones de mundo, puesto que el lenguaje es capaz de reflejar el mundo desde diversos ángulos.

De este modo, este autor concibe el lenguaje como órgano que expresa la forma de sentir y de pensar de las naciones. “El léxico y la sintaxis de un lenguaje estructuran una totalidad formada por conceptos y maneras de entender en la que se articula un entendimiento previo de todo aquello que los miembros de una comunidad lingüística se encuentran en el mundo. Cada lengua articula para la nación a la que da su impronta una determinada visión del mundo en conjunto” ; así pues, Humboldt establece una relación entre la estructura con la forma interna del lenguaje y con una determinada imagen del mundo. El horizonte de sentido que cada lenguaje proyecta, delimita el mundo. Los límites del lenguaje significan los límites del mundo.


II. EL LENGUAJE Y LA EVOLUCIÓN ESPIRITUAL DE LA HUMANIDAD

En el pensamiento humboldtiano el lenguaje acompaña la evolución espiritual de la humanidad en su progreso, y es en este proceso donde se reconoce el grado de cultura de cada pueblo. Desde esta perspectiva, el lenguaje no se presenta únicamente como acompañante sino que también ocupa un lugar en la evolución de la humanidad. En efecto, “El lenguaje nace de lo más profundo de la humanidad, y esto mismo prohíbe en todo tiempo y lugar tenerlo realmente por obra y creación de los pueblos” . Siguiendo a Humboldt, el lenguaje no es un producto de la actividad del hombre, ni un don que ha sido entregado a las naciones , sino una emancipación del espíritu.

Además, la producción de lenguaje es una necesidad interna y externa de los hombres. Interna de la humanidad porque forma parte de la esencia misma de los hombres; esta necesidad interna posibilita el desarrollo de las capacidades de los seres humanos y el acceso a una concepción de mundo que se construye en el pensar en comunidad; y externa porque refleja la relación de los hombres en su comunidad. Es en el lenguaje donde se reúnen las más diversas individualidades en virtud de la comunicación de sus aspiraciones externas y de sus percepciones internas.

En este punto es preciso señalar que la formación de las lenguas es un hecho que determina la evolución de la humanidad y además que la lengua es el reflejo de la cooperación entre los individuos. “El lenguaje está emparentado con todo cuanto esa fuerza contiene; tanto con la totalidad como con lo individual, y nada en ella le es ni puede serle ajeno. No se limita a una existencia pasiva, de simple recepción de impresiones, sino que, de entre la infinita diversidad de las posibles direcciones del intelecto, el lenguaje se guía por una determinada, y en virtud de su propia actividad interna modifica a su vez toda la influencia que le llega desde fuera” . En este sentido, el lenguaje no se concibe únicamente como instrumento para la comunicación, sino como vehículo para la construcción de nación.

En términos de Humboldt “el lenguaje es, puede decirse, la manifestación externa del espíritu de los pueblos. La lengua de éstos es su espíritu, y su espíritu es su lengua” . En efecto, la lengua es la más clara expresión del grado de orden, firmeza y claridad de la organización espiritual de cada pueblo en el tiempo de su formación y por lo tanto evolución. El lenguaje define el carácter nacional .

En efecto, para Humboldt “la formación de las lenguas es el más claro ejemplo de la cooperación entre los individuos que no se da en ninguna otra parte” . El trabajo comunitario de la humanidad se relaciona profundamente con su lengua. Las palabras reflejan los pensamientos, las culturas y los grados de evolución de las naciones. Al respecto este filósofo afirma que “las naciones, al formar sus lenguas, pueden seguir dos caminos absolutamente distintos: ceñirse estrictamente a las relaciones de las ideas, en tanto que ideas, limitarse sobriamente a lo que exige la enunciación clara y precisa de dichas ideas; y utilizar lo menos posible lo que pertenece a la naturaleza particular de la lengua, como órgano e instrumento del pensamiento; a cultivar sobre todo la lengua, como instrumento, ceñirse a su manera de representar el pensamiento, asimilarlo, como un mundo ideal, al mundo real con todas las relaciones que sea posible establecer” . En este sentido, la estructura de las lenguas es diversa en la medida en que ella refleja la peculiaridad de las naciones.

III. LA DIVERSIDAD DE LAS LENGUAS

Para Humboldt “la diversidad de las lenguas se presenta de doble manera: por una parte como un fenómeno de la historia natural como consecuencia de la diversidad y separación de los grupos étnicos; y por otra parte, como un fenómeno de la teología intelectual, como medio de la formación de las naciones, como vehículo para una variedad más rica y una mayor individualidad” . En esta perspectiva, Humboldt considera la diversidad lingüística sobre todo como diversidad nacional. Cada lengua refleja el sentir de una nación: “las lenguas en su conjunto se asemejan a un prisma, cada una de cuyas caras muestra el mundo bajo un color de distinto matiz” . Así, el estudio de la identidad y parentesco de las lenguas nos conduce a la diversidad de las lenguas.
De esta manera, las diversas lenguas representan diversidad de estados de desarrollo en las naciones, lo cual quiere decir, dentro del pensamiento humboldtiano, que la lengua sirve de puente en la intelectualización del hombre . Es así como, las lenguas son el indicio más claro y reconocible del carácter de las naciones, aún más que las costumbres y manifestaciones culturales de los pueblos. Cabe señalar que la lengua refleja la diversidad, primero dentro de una nación en una variedad infinita; y segundo, frente a la diversidad de otras naciones, formando así una unidad con un determinado carácter.

Así pues, Humboldt reconoce que las lenguas tienen un carácter, el cual es consecuencia de la evolución natural de la nación. El carácter de una lengua implica individualidad y diferencia con otras lenguas; cada lengua tiene un diverso matiz. Es preciso aclarar, en este punto, que el carácter al que se refiere es un carácter interno distinto del carácter externo que considera en las lenguas su aspecto gramatical y lexical. Aquí, el carácter interno está imbricado con las naciones y es el que permite que se pueda acercar a una nación a través de su lengua. Este carácter interno se encuentra en el desarrollo puro de las ideas y en su libre representación.

Para comprender en realidad el carácter de una lengua se ha de mirar la actividad de la nación, por tal razón, la literatura cumple un papel fundamental en el develamiento del carácter, pues en ella se encuentran canciones y narraciones que invitan a su uso en las conversaciones transformándolas y recreándolas. Humboldt sostiene que las lenguas desarrollan su carácter preferentemente en los períodos literarios, pues la lengua se retira de la materialidad del discurso para llevarnos a la libre representación de las ideas y, con esto, a las más variadas expresiones de individualidades. En cada época, cada autor añade o cambia algo sin querer en la individualidad de su lengua; por ello, las lenguas permiten inferir el carácter de una nación.

En conclusión, toda lengua es la manifestación clara de un espíritu, del espíritu de un pueblo, es decir, Humboldt sostiene la tesis de que cada lengua produce o crea una imagen particular y específica del mundo circundante y esta dependencia, entre la imagen del mundo y la lengua, puede condicionar el pensamiento de las diversas naciones o grupos humanos.

BIBLIOGRAFÍA

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